El espíritu de corrección y respeto por el adversario ha sido una de las características de este hermoso deporte que es el tenis. Sin embargo hoy en día es más frecuente observar ciertas explosiones emocionales, discusiones sobre tantos y otras cosillas más que desvirtúan aquel tradicional espíritu.
Muchos piensan también que este cambio es lógico porque va al unísono de otros cambios en las costumbres actuales.
Es opinable ¿no?
La tradición ha permitido establecer un decálogo y en relación a él podemos pensar que tan lejos o cerca estamos de mantener dicha tradición:
- Nunca demuestre Ud que desaprueba la decisión de un árbitro, ni si quiera con un gesto.
- Nunca discuta Ud con su adversario sobre un tanto dudoso, apresúrese a ceder a su favor.
- Nunca demuestre Ud que no tiene interés en el partido que juega, por débil que sea su adversario.
- Nunca demueste Ud que se impacienta cuando su compañero pierde un tanto fácil, por el contrario, anímelo.
- Nunca envíe Ud las pelotas al jugador que está por servir, de un extremo a otro de la cancha, golpeándolas con fuerza; es peligroso y descortés.
- Nunca demuestre Ud que se alegra porque su adversario a errado un tanto, ni recurra a las artimañas que puedan provocar nervios en su rival.
- Nunca deje Ud de anunciar inmediatamente la infracción que cometa en el juego, especialmente cuando sólo usted pueda darse cuenta de su propia infracción.
- Nunca demuestre que está malhumorado cuando juega ni exprese en ninguna otra forma una mengua en el placer de jugar.
- Nunca deje de estrechar la mano de su rival al término de un partido, especialmente si su rival resultó ganador.
- Nunca olvide Ud que un deportista es ante todo, un gran caballero o dama.
Fuente del catálogo: TenisColombia
